Habitación de Enrik

No podía mantenerle la mirada. Las caricias en su sexo y las lamidas en su pecho la desquiciaban. Se aferraba con fuerza a las sábanas, mientras jadeaba.

Con la lengua comenzó a bajar suavemente...llegó a la parte abdominal y dio varios lametazos suaves con la punta de la lengua, haciendo movimientos circulares...fue despacio hasta la zona de la pelvis...donde comenzó a quitarle la ropa interior.

Jadeaba, cerrando los ojos ante el placer que sentía a causa de las lamidas. Elevó levemente la cadera, para que le sacara la ropa interior. Estaba ansiosa. Entreabrío los ojos, mirando a Enrik con un brillo de placer en éstos.

Con delicadeza fue deslizando su ropa interior hasta dejarla completamente desnuda...su sexo era realmente suave...y de un tono perfecto...deseaba saborearlo...probar su carne...el jugo que allí había...pero no se apresuró. Detuvo la punta de su lengua justo allí y se puso a lamer alrededor...mientras le acariciaba con una mano la parte interior de su muslo y con la otra estimulaba en la punta de su pecho.

Hace todo tan endemoniadamente lento... que lo hace más placentero... Gimió, extasiada. Las ansias aumentaban. Deseaba que la hiciera suya. Que la lamiera. Que la tocara. Que la poseyera. Ronroneó, contorneandose sobre la cama, intentando provocarlo a que siguiera.

Bajó un poco más la cabeza...dio una lamida rápida por entre medio de su sexo, acabando con un suave beso provocador. Se detuvo para verle el rostro, estaba muy agitada. Puso ambas manos a ambos costados de su sexo y presionó hacia afuera, abríendo sus labios y dejándole camino libre para comenzar a frotar su lengua suavemente...de arriba hacia abajo.

Gimió de placer al sentir la primera lamida, para luego sisear a causa del beso. Las ansias la carcomían. Agarraba las sábanas con fuerza en un puño. Quería más. Deseaba a Enrik. Lo necesitaba.

- M-más...

Se sonrojó un poco ante el pedido de ella.


Lo haces bien...le gusta...bien...- se decía a si mismo, ya que no tenía mucha idea de cómo hacer que una mujer sintiera placer. Todo lo había hecho siempre para gusto propio...el vago conocimiento que tenía era de los programas de la televisión.


Estiró aún más el sexo de Katty y comenzó una carrera de lamidas y chupadas más desenfrenada y sin parada alguna. Chupaba los labios de ella haciendo succión, apretando fuerte con los labios y la lengua, procurando no hacerle daño con sus dientes.

Más lamidas. Más besos. Chupadas. Gemía con fuerza. Sentía que empezaba a desquiciarse. Su cuerpo pedía más y más. La excitación estaba pudiendo con ella. LLevó una de sus manos al cabello de él, tirando un poco, con nada de fuerza.

Pudo ver cómo el clítoris de Katty se hinchaba ante la excitación...siguió lamiendo con velocidad para hacerlo expandirse hasta que estuviera a su alcance.


La miró, estaba muy agitada y sus ojos estaban cerrados.


- ¿Qué pasa si... - dijo con tono provocador y volvió a bajar el rostro para introducirse el clítoris en su boca.

Gritó de placer. Le fascinaba lo que estaba haciendo. Del placer, era incapaz de abrir los ojos. Sentía como su pecho bajaba y subía con ferocidad a causa de lo agitado de su respiración. Más. Más. Más. Más.

- ...más...

Chupó y succionó el clítoris de ella hacia dentro de su boca con ferocidad. Dentro lo lamía a toda velocidad con la punta de su lengua...y cada tanto lo empujaba, hacía presión hacia dentro...para que se contrajera y luego volviese a dilatarse.

- Por favor, Enrik...

Arqueaba la espalda con fuerza, gimiendo escandalosamente. Sentía que se quemaba. Que deseaba más. Todo sue cuerpo cosquilleaba y temblaba. Estaba increiblemente excitada.

Dejó de chuparle el clítoris y bajó...puso la punta de su lengua en el orificio de su sexo e hizo presión para provocarla...y hacerla desear mucho más...

Gruñó con fuerza. Estaba cegada por el extasis. Y Enrik solo jugaba a provocarla. Ya no resistía. Quería más.

- Por favor...

Se bajó el pantalón...su miembro estaba muy rígido...duro...lo reposó sobre el sexo de Katty haciendo movimientos de arriba a abajo...mientras con el dedo acariciaba en su clítoris y con la otra mano apretaba su pecho...


- ¿Qué es lo que quieres? - dijo en tono provocador, inclinándose hasta estar muy cerca de su rostro y pasarle la lengua por encima de sus labios.

Sentía un cosquilleo ansioso por todo su cuerpo. Sentía lo rígido de miembro de Enrik y deseaba más. No podía dejar de jadear. La forma en que la tocaba, la volvían desquiciada. Gimió, mirándolo a los ojos.

- Quiero ser tuya

- ¿Ah si? - le dijo con suave voz provocadora e introdujo su miembro de una manera repentina, tomándola por sorpresa y metiéndolo por completo.

Gimió con fuerza su nombre. Por Dios, Enrik... Mantenía arqueada su espalda, con la cabeza hacia atrás, jadeante. Se sentía completa. Como si Enrik fuese la pieza que le faltara para acabar con el rompecabezas que ella era. Luego de unos segundos, ronroneó, moviendo la cadera hacia abajo, indicando que estaba lista para que siguiera.

Retiró suavemente su miembro del interior de Katty...rozaba su sexo...le encantaba penetrarla...


- ¿Eso te gusta..? - le dijo en tono provocador para luego meter su miembro brúscamente por completo.

Asintió con la cabeza. Mantenía los ojos cerrados, jadeando en un intento de hacer que sus pulmones se llenaran de aire nuevamente. Para luego dejar escapar todo en un gemido fuerte. Enrik la provocaba de una forma desquiciante. Enloquecedoramente desquiciante. Ronroneó.

Se inclinó más hacia ella, apoyó las manos en la cama, una a cada costado de Katty. Comenzó a hamacarse en un vaivén lento y fuerte, pausado, haciendo presión en cada penetración. Soltaba unos quejidos ya que el sexo de Katty era cerrado por dentro, hizo más fuerta para abrirlo.

Gemía con fuerza. Las penetraciones eran desquiciantes. Le encantaban. Le fascinaban. Quería más. Jadeó al sentir que se abría más y más a causa de cada vaivén que Enrik daba. Su cabeza daba vueltas y su cuerpo quemaba. Gimió numerosas veces su nombre.

Gimió el nombre de Katty al mismo tiempo que presionó con sus manos en la cama y aumentó la velocidad y la fuerza de las penetraciones. Apoyaba su frente contra la de ella y la miraba al rostro, viendo su expresión de placer, sentía que su miembro se endurecía más dentro de ella.

Gruñó con fuerza, entreabriendo los ojos y clavando la mirada en Enrik. Dios, ¿por qué se ve tan apetitoso? Jadeó, sin dejar de mirarlo. Sentía como su miembro se endurecía más y más dentro de ella. Y le gustaba, demasiado. Se relamió los labios levemente, suspirando.