Enrik, el neurótico

Nombre: Enrik Artemius Tiamant.

Edad: 19 años.

Sexo: Masculino.

Condición sexual: Heterosexual.

Descripción: Viste generalmente jeans y remeras de tonos oscuros, mide 1.81, cabello de color marrón rojizo, y es flaco.

Aptitud especial: Muy buenos reflejos, siente el olor de la sangre con facilidad.

Marcas: Lleva un collar que tiene un trozo de metal con un número grabado, un rosario, otro collar con puntas de metal, 2 anillos en su mano izquierda, un cuchillo atado a su muslo derecho y un pequeño bolso en el que guarda sus pertenencias más apegadas.

Gustos: Gusta de pasear por la noche y mirar los atardeceres. Adora sentirse acompañado aunque siempre anda solo ya que no demuestra mucho sus verdaderos sentimientos. Tiene una neurósis que hace que sienta placer por utilizar su cuchillo.

Carácter: Exageradamente neurótico y perfeccionista. Le fastidian los seres humanos, osea que se detesta a si mismo por serlo. Es tranquilo y puede llegar a ser agradable si es que te considera alguien importante para él. Directo al hablar, tanto que suele hacer enfadar a los demás, aunque él no lo nota porque no es de enojarse.

Historia: Vivía normalmente con sus padres como cualquier otro niño. Luego ellos comenzaron a discutir y pelearse, pero siempre se mantuvo al margen sin decir nada. Acabaron por separarse y Enrik se quedó con su madre, la cual dejó de prestarle atención y preocuparse por él. Creció en él un fuerte odio a su padre a medida se iba enterando de las cosas que hacía y allí empezó a tener pensamientos y sueños en los que lo masacraba. Pronto esto le pasaba con toda la gente que le disgustaba. De tanto retraer estos pensamientos psicópatas se volvió extremadamente neurótico, nervioso y perfeccionista. Pero había ocasiones en las que se sacaba de quisio y desgastaba su energía usando su cuchillo en peluches o cosas por el estilo, cada vez le resultaba menos...hasta que un día su padre se lastimó en la pierna derecha y "pensó" que se vería mejor con ambas piernas lastimadas ya que sino no estaría perfecto, y lo cortó. Hendir el filo en la carne se sintió demasiado bien, acabó por matarlo con miles de cortes. Fue llevado a un manicomnio, donde creció su neurosis. Al cabo de mucho tiempo lo dieron por curado, ya que no presentaba patrones mayores que su perfeccionismo exagerado. Sin saber dónde se hallaba su madre se encontró solo y fue a vivir a un horfanato. Sus actitudes psicópatas siguen aisladas, pero nunca cesaron...y en este lugar podrá saciar todos sus caprichos.

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