Habitación de Enrik

Llegó con Katty de la mano a su habitación...le daba algo de vergüenza mostrarle cómo estaba acomodada. La cama estaba contra la ventana, en el centro exacto de la pieza. Los muebles y demás cosas, colocados simétricamente. Toda la habitación se veía llena por cada punto y a la vez tenía el espacio suficiente para moverse con libertad. Había posters de las bandas musicales que Enrik escuchaba, dos en la pared izquierda mirando desde la puerta hacia adentro, y dos en la de la derecha. La invitó a sentarse a su lado en la cama, que tenía unas sábanas un tanto infantiles, con rayas azules y bordó, un acolchado con números, un almohadón justo en el centro de la almohada y un oso de peluche; un oso panda con un collar con tachas.


Se sonrojó.

Observó cada detalle de la habitación. En especial el pequeño oso de peluche. Lo tomó entre sus manos y lo observó unos segundos. Luego lo dejó en el mismo sitio de ants y observó a Enrik. Le sonrió.

- Me gusta tu cuarto

Una gota de sudor rodó por el costado derecho de su rostro. Se rascó el izquierdo.


- Me alegra...que digas eso...muchos la miran extraña...

Rió levemente, recostándose sobre la cama. Miraba a Enrik desde esa perspectiva.

- Deben ser tontos... a mi me gusta

Verla recostada...indefensa...a su merced...Volvió a sacudirse la cabeza girándola de un costado a otro muy rápido para quitarse sus pensamientos pervertidos. Sólo faltaba que ella hiciera esas poses que tanto le provocaban...

Se estiró levemente, como si fuese un gato. Luego acarició la espalda de Enrik. Notaba sus ojos brillosos. Le sonrió.

- ¿En qué piensas, soldado?

Soltó una suave risa.


- No quieres saber... - verla imitar su posición de gato lo provocaba un poco...el modo en que colocaba las piernas...la espalda...volvió a sacudir la cabeza. Cada vez se excitaba más, fruncía fuerte las piernas.

Sonrió.

- ¿Y porqué frunces las piernas?

- Jaja.. - rió suavemente con rubor en sus mejillas. Abrió suavemente las piernas para ver si ella notaba la "diferencia".

Ronroneó al notar que abría las piernas y se veía su excitación. Se ruborizó levemente.

- ¿Excitado, soldado?

- Las preguntas... - hizo una pausa al sentir que su miembro se endurecía más, la voz provocativa que ella ponía hacía que la excitación fuera mayor - que haces... - dijo con la voz un poco jadeante.

Se incorporó, para luego sentarse a honcajadas de él. Se abrazó a su cuello, mirándolo a los ojos. Sentía la presión en su sexo. Ronroneó.

- ¿Qué quieres hacer?

Cómo me preguntas eso en un momento así...- pensó para sus adentros.


La sentía muy cerca abrazada a su cuello. Se dejó caer hacia atrás para apoyar su cabeza en la almohada.´


- Qué quieres hacer tu... - le dijo en un tono un tanto provocador.

Se apretó un poco más contra él, ronroneando.

- No sé... me gusta que me den ideas, soldado...

Su miembro estaba mucho más duro...y grande...su rostro demostraba una inocencia que lo excitaba sin explicación alguna. Puso sus manos en la cola de Katty, empujándola hacia su miembro desesperadamente. Luego dejó de hacer fuerza. La miró a los ojos con una vista opacada por la excitación.

Jadeó, bajando la mirada. Cuando detuvo la presión, ladeó levemente el rostro, mirándolo con inocencia fingida. Le sonrió.

- ¿Qué sucede?

Esa inocencia fingida lo desquiciaba, ella era muy traviesa en el fondo...y eso lo provocaba...a que ella enseñara su lado travieso. No le respondió debido a la respiración agitada. Hizo presión nuevamente con su miembro en su sexo, sin poder mirarla ya que tenía los ojos cerrados.

Le sacó la camisa, besándole el cuello y mordiendolo cada tanto. Podía sentir la gran excitación que tenía. Y la desquiciaba. Quería más. Se apegó a él lo más posible, abrazandose a su cuello y besándolo.

Apretó fuerte las manos en la cola de Katty al mismo tiempo que se inclinó hacia arriba para hacer presión nuevamente con su miembro sobre el sexo de ella, esta vez mucho mayor que antes. Estaba tan excitado que sentía como si se le fuera a escapar del pantalón...y se sentía realmente bien tener a Katty encima. Los besos y mordiscones sólo hacían que su mente se nublara más por el placer.

Pensó un par de segundos. Las marcas en su cuerpo serían un problema. No quería que las viese. Pero... Suspiró, quitándose su camisa y quedando solo en sosten. Comenzó a acariciar el pecho de Enrik, desde arriba hacia abajo, rozando con la yema de los dedos.

No pudo resistir la tentación a tocarle el pecho. Le desabrochó el sostén y comenzó a apretarlos en contacto directo con su piel. No hizo caso a las pequeñas marcas que ella tenía. Se metió uno de ellos en su boca y comenzó a succionar con euforia.

Jadeaba con fuerza, tirando de su cabello despacio. Sentía una oleada de placer. Todo daba vueltas. Y solo le interesaba Enrik. Hizo presión hacia abajo, sobre su miembro, intentando provocarle.

De repente tuvo la imperiosa necesidad de arrancarle la ropa a Katty y violarla desenfrenadamente. Pero la posición no le favorecía para quitarle la ropa. Su cabeza daba vueltas...deseaba ser completamente de ella, sintió cómo la punta de sus pechos se endurecía y las presionó hacia dentro.

Gimió al sentir que tocaba su pecho. Se abrazó a su cintura, sentandose sobre su erección. Ronroneó al hacerlo, lamiendole el cuello. Estaba ansiosa. Deseaba a Enrik demasiado.

- ¿El soldado... no hará nada más...?

Como si pudiera pensar... - irónicamente, estaba pensando.


Levantó un poco a Katty para poder salir y ponerla a ella acostada contra la cama...le abrió las piernas...y le quitó la ropa...la miraba a los ojos mientras acariciaba su sexo con las manos y chupaba sus pechos pausadas veces para poder volver a mirarla.