Mirando desde el cielo

Aoiki estaba sentada en el borde de la terraza de aquel antiguo edificio, en la cornisa, con los pies balanceándose en el vacío.
Sus manos estaban apoyadas contra la fría superficie de piedra, y ella, como muchas veces le pasaba, pensando en nada, en la mas terrible y oscura nada, sin embargo, podía oírse de sus labios, un suave canto, algo muy melodioso, aunque no podía escucharse, salvo que alguien se encontrara muy cerca, lo que ella decía

Caminando por los pasillos, pensando en cosas, se encontró perdida de nuevo. Tsk. Odiaba eso. Vio una fuente de luz y avanzó hacia ella. Oh, era la terraza, quizá desde ahí podía divisar como regresar... Vio a un chica sentada ahí, así que se fue a su costado & se puso a ver abajo, que camino debería seguir para regresar.

Aoiki la miró... no era una mirada fría... mas bien era perdida en la nada, como desinteresada de la vida y la existencia mundana... solo emitió pocas palabras

-Es lindo el vacío...

La miró.

- Sí... - concurdó con ella. - Pero ahora me impide ver por donde regresar, creo que me he perdido... - murmuró molesta. Suspiró y se sentó aproximadamente metro y medio lejos de ella. No le gustaba el contacto físico.

La muchacha se sentó lejos. Eso relajó a Aoiki

-Gracias por no acercarte... me hace sentir mejor...

Eran palabras bastante sin sentido... no parecía estar en sus cabales... Aoiki miró a la muchacha

-Quién eres?

La miró, pero no hizo ningún movimiento o gesto. Estaba acostumbrada a gente extraña y, --por si fuera poco-- ella era extraña.

- Soy Cassandra Richmond. ¿Tú? - preguntó.

Suspiró y miró al cielo... a las estrellas... a las tan lejanas y hermosas estrellas

-Soy Aoiki Sakura...

La muchacha miró nuevamente a Cassandra. Ladeó un poco la cabeza y prosiguió

-Eres una chica bonita... sabes?

En ese momento, Aoiki cerró los ojos con una pequeña sonrisa en su cara

Se miró a sí misma. ¿Bonita? Era alta delgada y curvilínea, pero jamás se llamaría a sí misma "bonita". Aunque Nero o hizo. O eso creía ella. Quizá. Tsk. ¿Por qué recordaba eso ahora? Suspiró.

- Gracias. - dijo, con una sonrisa. - Tú también.

-Supongo... por eso ciertas personas me usaban como un objeto para satisfacerse... entonces si.... soy bonita...

Le sonrió a la chica, quizá no entendiendo ni sus propias palabras

Uhh, abuso sexual. La gente que hacía eso le daba asco. Le gustaría matarlos a todos. A todos & a cada uno de ellos. No sabía qué decir...

- ¿Te gustan las alturas? - preguntó, esquivando el tema.

-En realidad me gusta mirar el cielo... las estrellas... son tan... puras...

La muchacha se quedó, como hipnotizada por los astros, mirando el cielo. Parecía disfrutarlo

-A ti que te gusta?

- La sangre, como se mueven los ojos después de arrancarlos y... las ardillas. - sonrió.

Aoiki se mordió un dedo, haciéndolo sangrar, y se lo mostró a la muchacha

-Espero que te guste

Le sonrió, como esperando ser felicitada

Ains. El chiste de tomar sangre no es que la ofrezcan, sino conswguirla, y si es la fuerza mejor. Eso era algo que Nero, y ahoa, Aoiki no entendían, pero... sus ojitos de ella estaban tan "entusiasmados" que suspiró. Alargó su mano, y con un dedo recogió la sangre y se lo llevó a la boca.

Sabor a óxido y a metal tan familiar...

- Gracias. - murmuró, sonriéndole.

-Tiene un lindo tono carmesí... es bonita... pero a la vez es dolorosa...

Aoiki hizo una especie de puchero consigo misma y dejó caer una lágrima

- Sólo es dolorosa para los demás... - murmuró bajo. - Pero si te duele no lo hagas más. - sonrió.

-Es que... es que... tengo que complacer... tengo que hacer lo que me dicen... solo sirvo para servir a otros...

De repente la mirada de la muchacha bajó hacia sus pies y comenzó a temblar levemente mientras repetía esto

- No... no... - dijo, y se acercó un poco más a ela, pero manteniendo el espacio personal. - Tú, y todo el mundo es un ser libre e independiente, no necesitamos servir a otros, nadie sirve a nadie... - le dijo.

-Pero... pero... desde niña... mi padre siempre me decía... que hiciera lo que el decía... no importaba... que fuese...

La miró con una lágrima que le corría el rimel de sus ojos

- Tsk. Los padres no importan. Nos alimentan, y nada más. La gran mayoría son una mierda. - dijo, suspirando & mirando al vacío. - Debes de seguir tus propias reglas, no las de los demás.

-Pero el solo a veces me golpeaba... a veces solo.. me consolaba... me amaba, como el solía decirle... me abrazaba muy fuerte y... hacía cosas conmigo... el decía que era por que yo era su... niña especial...

Aoiki sonrió contenta... parecía no entender del todo... parecía bloquearse completamente a la realidad

Sua palabras hiciera reflexionar un poco a Cassandra. Ya entendía que le padre había abusado de ella, pero lo que dijo... "A veces solo.. me consolaba... me amaba, como el solía decirle... me abrazaba muy fuerte". Pensó en su situación actual... ¿Sería lo mismo con Nero? ¿Todo eso del supuesto "amor" que él profesaba erauna mentira & ella terminaría lastimada?

Nah. Ella no era de lasque salían lastimadas.

Ella lastimaba, y así evitaba que la lastimaran.

Suspiró cansada. Preferió no decirle nada. Perturbar más a una mente perturbada no era nada ético, y quizá la pondría peor.

- Hn...

-Sin embargo... no se... algo me llevó a eso...

La chica hablaba en voz baja, como para si misma

-No se por que... si papa y mamá me querían... por qué me manché con sangre de ellos... los... los...

Aoiki comenzó a reír suavemente, con una risa bastante macabra y sádica

-Por qué... los maté?

La miró. Evidentemente, las dos eran raras & locas, sólo que ella lo demostraba más por fuera. En cambio, Cassandra se guaradaba sus instintos sádicos para ella misma.

- Matar, aunque no parezca, es un instinto básico de las personas. - dijo. - Y más si es por venganza. O por diversión. - sonrió.

Aoiki miró por un momento a Cassandra y la abrazó como una niña pequeña a su madre, de la cintura, apoyando la cabeza contra el pecho de cassandra... tenía cambios muy fuertes de carácter...
La chica estaba manchando de rimel negro a Cassandra, ya que había lágrimas en los ojos de Aoiki. Era algo extraño en verdad

-No quiero mas andar sola por ahi... por favor... haré lo que me digas... cualquier cosa... estoy para servir

Y las lágrimas seguían cayendo de su adorable rostro